Principales flujos de tráfico de cocaína, según las incautaciones notificadas.
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INFORME MUNDIAL SOBRE LAS DROGAS: Tráfico de cocaína
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El tráfico de cocaína hacia Norteamérica sigue aumentando.
En el continente americano, el principal flujo de tráfico de cocaína sigue siendo el que va de Colombia a Norteamérica, en particular a Estados Unidos. El análisis de las muestras de incautaciones de cocaína en Estados Unidos sugiere que, en 2019, el 87% de esa cocaína se originó en Colombia y el 9% en Perú. Menos del 1% de la cocaína que se encuentra en el mercado estadounidense es de contrabando directo; el grueso transita por varios países antes de llegar a Estados Unidos.
Según las autoridades estadounidenses, el tráfico de cocaína hacia América del Norte suele comenzar en los países andinos, y la cocaína sale principalmente de Colombia y Ecuador por la ruta del Pacífico oriental, que se calcula que representa el 74% de toda la cocaína introducida de contrabando en América del Norte. Le sigue la ruta del Caribe occidental (16%), que parte de Colombia. La tercera ruta de tráfico es la ruta del Caribe (a lo largo de la cual se trafica el 8% de la cocaína incautada en América del Norte), que parte tanto de Colombia como de Venezuela (República Bolivariana de).
Las cantidades de cocaína incautadas a lo largo de las rutas de tráfico de drogas desde los países andinos hacia América del Norte, es decir, la cantidad de cocaína incautada en América Central, el Caribe y América del Norte, aumentaron en más del 40% durante el período 2015-2019, incluido un 7% de 2018 a 2019. El mayor crecimiento a lo largo de esta ruta se registró en América Central, donde las cantidades de cocaína incautadas aumentaron un 60% durante el período 2015-2019, lo que posiblemente sea un reflejo de un número cada vez mayor de envíos de cocaína que transitan por América Central de camino a México. Por el contrario, las cantidades de cocaína incautadas en el Caribe disminuyeron entre 2015 y 2018 y solo se recuperaron parcialmente en 2019.
Según las autoridades estadounidenses, la ruta del Pacífico oriental, en barco, en particular buques rápidos o semisumergibles, y, en menor medida, las rutas del Atlántico (rutas del Caribe occidental y del Caribe), en buques rápidos y aeronaves, siguen siendo las principales rutas de tráfico de cocaína desde Colombia hacia el norte. Según los informes de los Estados miembros, la mayor parte del tráfico de cocaína a través de América Central se realiza por vía marítima, pero las tendencias recientes en Guatemala muestran una disminución en el uso de la ruta marítima y un aumento en el tráfico aéreo (del 4% de toda la cocaína incautada que entró en Guatemala en 2017 al 20% en 2018 y al 30% en 2019), lo que refleja principalmente un aumento en los vuelos de contrabando de cocaína de la República Bolivariana de Venezuela a Guatemala. La República Bolivariana de Venezuela se convirtió así en el segundo país de tránsito/salida más importante (25% del total) después de Colombia (75%) para la cocaína incautada en Guatemala en 2019.
Según las autoridades estadounidenses, las principales rutas de tráfico de cocaína, la ruta del Pacífico oriental y la ruta del Caribe occidental, convergen en México, desde donde la droga entra en Estados Unidos, principalmente por vía terrestre a través de la frontera suroccidental del país. Se calcula que alrededor del 80% de la cocaína encontrada en el mercado estadounidense en 2019 había transitado por México. Sin embargo, las cantidades incautadas en la frontera suroccidental apuntan a un aumento del tráfico de cocaína a través de México hasta 2017, tras lo cual apuntan a un descenso, mientras que las cantidades globales de cocaína incautadas en Estados Unidos siguieron aumentando. Estas tendencias sugieren la aparición de rutas de tráfico de cocaína alterativas, incluidos los envíos de la droga a puertos marítimos de Estados Unidos. De hecho, las mayores cantidades de cocaína incautadas en Estados Unidos en 2019 se notificaron en puertos marítimos de Florida, seguidos de California (principalmente a lo largo de la frontera suroeste con México), Pensilvania y Puerto Rico.
No obstante, las organizaciones criminales mexicanas siguen controlando gran parte de la importación de cocaína a Estados Unidos y el tráfico de cocaína al por mayor dentro del país. Para la distribución al por menor, dependen en gran medida, sin embargo, de grupos delictivos locales y bandas callejeras. Según las autoridades estadounidenses, los grupos delictivos mexicanos suelen adquirir cargamentos de varias toneladas de cocaína a narcotraficantes de Sudamérica, sobre todo grupos delictivos colombianos, y luego trasladan la droga por Centroamérica y México antes de introducirla de contrabando en Estados Unidos a través de la frontera suroccidental. En cambio, en el tráfico de cocaína por la ruta del Caribe, principalmente por mar y aire, participan, entre otros, grupos delictivos dominicanos.
Los patrones del tráfico de cocaína hacia México parecen haber cambiado recientemente, pasando de una situación en 2017 en la que la mayor parte de la cocaína se introducía de contrabando por vía marítima (principalmente desde Colombia) y terrestre (desde Guatemala) a una situación en 2019 en la que se informó de que la mayor parte (52%) había entrado en el país por vía aérea.
Independientemente del aumento del contrabando de cocaína por vía aérea en algunos países en 2019 (especialmente México y Guatemala), los datos disponibles también sugieren que la mayor parte de la cocaína traficada desde los países andinos a los Estados Unidos sigue siendo incautada en el mar. Esto se corresponde con los informes que muestran que la mayoría de las incautaciones de cocaína por parte de las autoridades estadounidenses siguen realizándose en el mar frente al territorio continental de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, se ha producido un aumento de los envíos de cocaína por correo, que se estima que representan el 9% de todas las importaciones de cocaína en los Estados Unidos (frente a menos del 5% del total en 2015), posiblemente un indicio del creciente número de transacciones realizadas a través de la dark web, que suelen implicar envíos por correo.
La mayor parte de la cocaína incautada en los Estados Unidos está destinada al mercado interno, aunque parte de la cocaína introducida de contrabando en el país también está destinada a su posterior tráfico a otros países. Según los informes presentados a la UNODC sobre los países de origen, tránsito y destino de las drogas incautadas entre 2015 y 2019 por diversos países, algunos envíos de cocaína también habían transitado por Estados Unidos antes de llegar a otros países de América del Norte (Canadá), Asia (Indonesia, Japón y República de Corea), Oceanía (Australia), África (Sudáfrica) y Europa (Bélgica, Irlanda e Italia). Sin embargo, la utilización de Estados Unidos como país de tránsito para los envíos de cocaína a Europa parece ser un fenómeno bastante reciente.
En otros lugares de América del Norte, Canadá ha sido identificado como país de tránsito de cocaína destinada a Australia, Japón y Nueva Zelanda. México informó de que alrededor del 4% de la cocaína incautada en 2018 tenía como destino los Países Bajos y el 8% de la cocaína incautada en 2019 tenía como destino China.
Además, en el período 2015-2019, países de Asia (China e Indonesia), Oceanía (Australia y Nueva Zelanda), África (Kenia) y Europa (Islandia) informaron de que la cocaína había transitado por México, entre otros países, antes de llegar a sus territorios.
En el continente americano, el principal flujo de tráfico de cocaína sigue siendo el que va de Colombia a Norteamérica, en particular a Estados Unidos. El análisis de las muestras de incautaciones de cocaína en Estados Unidos sugiere que, en 2019, el 87% de esa cocaína se originó en Colombia y el 9% en Perú. Menos del 1% de la cocaína que se encuentra en el mercado estadounidense es de contrabando directo; el grueso transita por varios países antes de llegar a Estados Unidos.
Según las autoridades estadounidenses, el tráfico de cocaína hacia América del Norte suele comenzar en los países andinos, y la cocaína sale principalmente de Colombia y Ecuador por la ruta del Pacífico oriental, que se calcula que representa el 74% de toda la cocaína introducida de contrabando en América del Norte. Le sigue la ruta del Caribe occidental (16%), que parte de Colombia. La tercera ruta de tráfico es la ruta del Caribe (a lo largo de la cual se trafica el 8% de la cocaína incautada en América del Norte), que parte tanto de Colombia como de Venezuela (República Bolivariana de).
Las cantidades de cocaína incautadas a lo largo de las rutas de tráfico de drogas desde los países andinos hacia América del Norte, es decir, la cantidad de cocaína incautada en América Central, el Caribe y América del Norte, aumentaron en más del 40% durante el período 2015-2019, incluido un 7% de 2018 a 2019. El mayor crecimiento a lo largo de esta ruta se registró en América Central, donde las cantidades de cocaína incautadas aumentaron un 60% durante el período 2015-2019, lo que posiblemente sea un reflejo de un número cada vez mayor de envíos de cocaína que transitan por América Central de camino a México. Por el contrario, las cantidades de cocaína incautadas en el Caribe disminuyeron entre 2015 y 2018 y solo se recuperaron parcialmente en 2019.
Según las autoridades estadounidenses, la ruta del Pacífico oriental, en barco, en particular buques rápidos o semisumergibles, y, en menor medida, las rutas del Atlántico (rutas del Caribe occidental y del Caribe), en buques rápidos y aeronaves, siguen siendo las principales rutas de tráfico de cocaína desde Colombia hacia el norte. Según los informes de los Estados miembros, la mayor parte del tráfico de cocaína a través de América Central se realiza por vía marítima, pero las tendencias recientes en Guatemala muestran una disminución en el uso de la ruta marítima y un aumento en el tráfico aéreo (del 4% de toda la cocaína incautada que entró en Guatemala en 2017 al 20% en 2018 y al 30% en 2019), lo que refleja principalmente un aumento en los vuelos de contrabando de cocaína de la República Bolivariana de Venezuela a Guatemala. La República Bolivariana de Venezuela se convirtió así en el segundo país de tránsito/salida más importante (25% del total) después de Colombia (75%) para la cocaína incautada en Guatemala en 2019.
Según las autoridades estadounidenses, las principales rutas de tráfico de cocaína, la ruta del Pacífico oriental y la ruta del Caribe occidental, convergen en México, desde donde la droga entra en Estados Unidos, principalmente por vía terrestre a través de la frontera suroccidental del país. Se calcula que alrededor del 80% de la cocaína encontrada en el mercado estadounidense en 2019 había transitado por México. Sin embargo, las cantidades incautadas en la frontera suroccidental apuntan a un aumento del tráfico de cocaína a través de México hasta 2017, tras lo cual apuntan a un descenso, mientras que las cantidades globales de cocaína incautadas en Estados Unidos siguieron aumentando. Estas tendencias sugieren la aparición de rutas de tráfico de cocaína alterativas, incluidos los envíos de la droga a puertos marítimos de Estados Unidos. De hecho, las mayores cantidades de cocaína incautadas en Estados Unidos en 2019 se notificaron en puertos marítimos de Florida, seguidos de California (principalmente a lo largo de la frontera suroeste con México), Pensilvania y Puerto Rico.
No obstante, las organizaciones criminales mexicanas siguen controlando gran parte de la importación de cocaína a Estados Unidos y el tráfico de cocaína al por mayor dentro del país. Para la distribución al por menor, dependen en gran medida, sin embargo, de grupos delictivos locales y bandas callejeras. Según las autoridades estadounidenses, los grupos delictivos mexicanos suelen adquirir cargamentos de varias toneladas de cocaína a narcotraficantes de Sudamérica, sobre todo grupos delictivos colombianos, y luego trasladan la droga por Centroamérica y México antes de introducirla de contrabando en Estados Unidos a través de la frontera suroccidental. En cambio, en el tráfico de cocaína por la ruta del Caribe, principalmente por mar y aire, participan, entre otros, grupos delictivos dominicanos.
Los patrones del tráfico de cocaína hacia México parecen haber cambiado recientemente, pasando de una situación en 2017 en la que la mayor parte de la cocaína se introducía de contrabando por vía marítima (principalmente desde Colombia) y terrestre (desde Guatemala) a una situación en 2019 en la que se informó de que la mayor parte (52%) había entrado en el país por vía aérea.
Independientemente del aumento del contrabando de cocaína por vía aérea en algunos países en 2019 (especialmente México y Guatemala), los datos disponibles también sugieren que la mayor parte de la cocaína traficada desde los países andinos a los Estados Unidos sigue siendo incautada en el mar. Esto se corresponde con los informes que muestran que la mayoría de las incautaciones de cocaína por parte de las autoridades estadounidenses siguen realizándose en el mar frente al territorio continental de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, se ha producido un aumento de los envíos de cocaína por correo, que se estima que representan el 9% de todas las importaciones de cocaína en los Estados Unidos (frente a menos del 5% del total en 2015), posiblemente un indicio del creciente número de transacciones realizadas a través de la dark web, que suelen implicar envíos por correo.
La mayor parte de la cocaína incautada en los Estados Unidos está destinada al mercado interno, aunque parte de la cocaína introducida de contrabando en el país también está destinada a su posterior tráfico a otros países. Según los informes presentados a la UNODC sobre los países de origen, tránsito y destino de las drogas incautadas entre 2015 y 2019 por diversos países, algunos envíos de cocaína también habían transitado por Estados Unidos antes de llegar a otros países de América del Norte (Canadá), Asia (Indonesia, Japón y República de Corea), Oceanía (Australia), África (Sudáfrica) y Europa (Bélgica, Irlanda e Italia). Sin embargo, la utilización de Estados Unidos como país de tránsito para los envíos de cocaína a Europa parece ser un fenómeno bastante reciente.
En otros lugares de América del Norte, Canadá ha sido identificado como país de tránsito de cocaína destinada a Australia, Japón y Nueva Zelanda. México informó de que alrededor del 4% de la cocaína incautada en 2018 tenía como destino los Países Bajos y el 8% de la cocaína incautada en 2019 tenía como destino China.
Además, en el período 2015-2019, países de Asia (China e Indonesia), Oceanía (Australia y Nueva Zelanda), África (Kenia) y Europa (Islandia) informaron de que la cocaína había transitado por México, entre otros países, antes de llegar a sus territorios.
En la última década, las tendencias de la pureza al por menor de la cocaína en los dos mayores mercados de cocaína del mundo, Estados Unidos y Europa, han empezado a evolucionar en paralelo. La pureza al por menor de la cocaína disminuyó después de 2006 tanto en Estados Unidos como en Europa. Esto fue principalmente un reflejo de una disminución de la fabricación de cocaína en Colombia, antes de aumentar de nuevo después de 2013, lo que probablemente fue el resultado de un aumento de la fabricación de cocaína en los países andinos, sobre todo en Colombia. Aunque la pureza de la cocaína en el mercado estadounidense era tradicionalmente sustancialmente mayor que en Europa, esto ha cambiado en los últimos años. Desde 2012, la pureza al por menor de la cocaína ha sido casi idéntica en ambos mercados y se ha movido en la misma dirección ascendente. En términos de valor absoluto, la pureza de la cocaína en Europa ha alcanzado a la pureza de la cocaína en los Estados Unidos, lo que sugiere que el Océano Atlántico se está convirtiendo en un obstáculo menor para los traficantes de lo que solía ser, al menos cuando se mide con respecto a la ruta de tráfico de cocaína desde los países andinos hacia el norte hasta los Estados Unidos. Así pues, Europa se ha convertido en un consumidor de cocaína más competitivo, y el hecho de que la tendencia en Europa sea paralela a la tendencia en Estados Unidos sugiere que el mercado de cocaína en Europa es tan sensible a los cambios en origen como el mercado en Estados Unidos.
Si bien puede argumentarse que esta convergencia es el signo de un mercado transatlántico de cocaína cada vez más "unificado", es probable que los factores que subyacen a ella sean numerosos. Entre ellos se encuentra la aparición de "nuevos" actores entre los traficantes de cocaína transatlánticos, como los grupos de delincuencia organizada de países del sudeste de Europa, así como la colaboración entre actores menores, lo que se traduce en una mayor competencia y, por tanto, en un aumento de la eficacia del tráfico de cocaína hacia Europa. La cadena de suministro también ha cambiado, con una reducción de los monopolios, tanto en lo que se refiere a la cadena de fabricación de cocaína en Sudamérica como al tráfico transatlántico de cocaína, en el que ahora aparecen nuevos actores que eliminan a los intermediarios. También es posible que el mayor mercado de cocaína del mundo, el de los Estados Unidos, haya alcanzado la saturación y/o que las actividades policiales a lo largo de las rutas de tráfico hacia América del Norte hayan contribuido a que el mercado europeo se considere el camino de menor resistencia y, por tanto, hayan provocado un aumento del tráfico de cocaína hacia Europa desde América del Sur.
Tendencia de la pureza de la cocaína al por menor, Estados Unidos y Europa occidental y central, 2005-2018
Si bien puede argumentarse que esta convergencia es el signo de un mercado transatlántico de cocaína cada vez más "unificado", es probable que los factores que subyacen a ella sean numerosos. Entre ellos se encuentra la aparición de "nuevos" actores entre los traficantes de cocaína transatlánticos, como los grupos de delincuencia organizada de países del sudeste de Europa, así como la colaboración entre actores menores, lo que se traduce en una mayor competencia y, por tanto, en un aumento de la eficacia del tráfico de cocaína hacia Europa. La cadena de suministro también ha cambiado, con una reducción de los monopolios, tanto en lo que se refiere a la cadena de fabricación de cocaína en Sudamérica como al tráfico transatlántico de cocaína, en el que ahora aparecen nuevos actores que eliminan a los intermediarios. También es posible que el mayor mercado de cocaína del mundo, el de los Estados Unidos, haya alcanzado la saturación y/o que las actividades policiales a lo largo de las rutas de tráfico hacia América del Norte hayan contribuido a que el mercado europeo se considere el camino de menor resistencia y, por tanto, hayan provocado un aumento del tráfico de cocaína hacia Europa desde América del Sur.
Tendencia de la pureza de la cocaína al por menor, Estados Unidos y Europa occidental y central, 2005-2018
Las incautaciones de
Las cantidades récord de cocaína interceptadas en Europa en los últimos años han sido impulsadas, en gran medida, por los envíos incautados que llegaron a Europa por vía marítima, en particular en contenedores en puertos marítimos, aunque también se realizan incautaciones en el mar. Se han incautado cantidades muy grandes de cocaína en los puertos marítimos de Amberes (Bélgica), Rotterdam (Países Bajos) y, más recientemente, Hamburgo (Alemania), mientras que también se han incautado grandes cantidades en puertos marítimos españoles e italianos.
A pesar de la pandemia de COVID-19, los datos preliminares sobre las incautaciones registradas por las autoridades aduaneras de 12 países de Europa occidental y central (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Irlanda, Islandia, Italia, Malta, Noruega, Países Bajos y Portugal) indican que las cantidades de cocaína incautadas en los puertos marítimos aumentaron un 18% en 2020 (de 118 toneladas a 140 toneladas).
La cantidad de cocaína interceptada en el puerto de Amberes, en particular, ha aumentado constantemente en los últimos años, y ha llegado a representar una parte significativa de la cantidad de cocaína incautada en toda Europa (28% en 2019). Lo más probable es que la mayor parte de la cocaína que llega a Amberes esté destinada a organizaciones delictivas que operan desde los Países Bajos, desde donde la cocaína se distribuye a otros destinos europeos.
Según informan los medios de comunicación, en febrero de 2021 se incautaron en el puerto de Hamburgo 16 toneladas de cocaína enviadas desde Paraguay. Estaba implicado un individuo que también era responsable de otro cargamento de 7 toneladas incautado paralelamente en Amberes, lo que confirmó la centralidad de las organizaciones delictivas radicadas en los Países Bajos con conexiones transnacionales en la gestión de la importación de cocaína a Europa.
Cantidad de cocaína incautada en el puerto de Amberes (Bélgica), 2013-2020
A pesar de la pandemia de COVID-19, los datos preliminares sobre las incautaciones registradas por las autoridades aduaneras de 12 países de Europa occidental y central (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Irlanda, Islandia, Italia, Malta, Noruega, Países Bajos y Portugal) indican que las cantidades de cocaína incautadas en los puertos marítimos aumentaron un 18% en 2020 (de 118 toneladas a 140 toneladas).
La cantidad de cocaína interceptada en el puerto de Amberes, en particular, ha aumentado constantemente en los últimos años, y ha llegado a representar una parte significativa de la cantidad de cocaína incautada en toda Europa (28% en 2019). Lo más probable es que la mayor parte de la cocaína que llega a Amberes esté destinada a organizaciones delictivas que operan desde los Países Bajos, desde donde la cocaína se distribuye a otros destinos europeos.
Según informan los medios de comunicación, en febrero de 2021 se incautaron en el puerto de Hamburgo 16 toneladas de cocaína enviadas desde Paraguay. Estaba implicado un individuo que también era responsable de otro cargamento de 7 toneladas incautado paralelamente en Amberes, lo que confirmó la centralidad de las organizaciones delictivas radicadas en los Países Bajos con conexiones transnacionales en la gestión de la importación de cocaína a Europa.
Cantidad de cocaína incautada en el puerto de Amberes (Bélgica), 2013-2020
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Aumento del tráfico de cocaína hacia Europa.
El segundo flujo de tráfico de cocaína más importante del mundo es el que va de los países andinos a Europa, en particular a Europa Occidental y Central, el segundo mercado de la droga después del norteamericano. La cantidad de cocaína incautada en Europa occidental y central aumentó más del doble en el período 2015-2019, mientras que los precios se mantuvieron estables y la pureza de la cocaína aumentó, lo que sugiere un aumento general del flujo de cocaína hacia Europa occidental y central y de la disponibilidad de cocaína, a pesar de un fuerte aumento de las cantidades de droga incautadas.
Los principales puntos de entrada de la cocaína traficada a Europa desde Sudamérica son Bélgica, los Países Bajos y España. Los análisis forenses de muestras de cocaína procedentes de incautaciones de cargamentos introducidos de contrabando en Europa occidental y central han confirmado que la cocaína traficada a Europa procede principalmente de Colombia (68%) y, en menor medida, de Perú (19%) y el Estado Plurinacional de Bolivia (4%).
Aunque la mayor parte de la cocaína que se trafica hacia Europa sigue teniendo su origen y salida en Colombia, cada vez se informa más de que Brasil es un país de tránsito desde el que parten cargamentos de cocaína hacia Europa. El país de origen, salida y tránsito más frecuentemente notificado para los envíos a Europa occidental y central durante el período 2015-2019 fue Colombia, seguido de Brasil y Ecuador; entre 2010 y 2014, la lista estaba encabezada por Colombia, seguida de Perú y luego Brasil.
Parte de la cocaína con destino a Europa también se trafica a través de regiones de tránsito, sobre todo África Occidental y África del Norte, como reflejan las importantes incautaciones de cocaína realizadas en África Occidental y Marruecos en los últimos años.
La mayor parte de la cocaína disponible en los mercados europeos de la droga se introduce de contrabando en Europa por vía marítima, principalmente en cargamentos de contenedores marítimos que entran en Europa a través de grandes puertos como Amberes (Bélgica), Rotterdam (Países Bajos), Hamburgo (Alemania) y Valencia (España). Tras entrar en Europa por estos principales centros de distribución, los cargamentos de cocaína suelen ser transportados por carretera hasta los mercados de destino de la región.
El segundo flujo de tráfico de cocaína más importante del mundo es el que va de los países andinos a Europa, en particular a Europa Occidental y Central, el segundo mercado de la droga después del norteamericano. La cantidad de cocaína incautada en Europa occidental y central aumentó más del doble en el período 2015-2019, mientras que los precios se mantuvieron estables y la pureza de la cocaína aumentó, lo que sugiere un aumento general del flujo de cocaína hacia Europa occidental y central y de la disponibilidad de cocaína, a pesar de un fuerte aumento de las cantidades de droga incautadas.
Los principales puntos de entrada de la cocaína traficada a Europa desde Sudamérica son Bélgica, los Países Bajos y España. Los análisis forenses de muestras de cocaína procedentes de incautaciones de cargamentos introducidos de contrabando en Europa occidental y central han confirmado que la cocaína traficada a Europa procede principalmente de Colombia (68%) y, en menor medida, de Perú (19%) y el Estado Plurinacional de Bolivia (4%).
Aunque la mayor parte de la cocaína que se trafica hacia Europa sigue teniendo su origen y salida en Colombia, cada vez se informa más de que Brasil es un país de tránsito desde el que parten cargamentos de cocaína hacia Europa. El país de origen, salida y tránsito más frecuentemente notificado para los envíos a Europa occidental y central durante el período 2015-2019 fue Colombia, seguido de Brasil y Ecuador; entre 2010 y 2014, la lista estaba encabezada por Colombia, seguida de Perú y luego Brasil.
Parte de la cocaína con destino a Europa también se trafica a través de regiones de tránsito, sobre todo África Occidental y África del Norte, como reflejan las importantes incautaciones de cocaína realizadas en África Occidental y Marruecos en los últimos años.
La mayor parte de la cocaína disponible en los mercados europeos de la droga se introduce de contrabando en Europa por vía marítima, principalmente en cargamentos de contenedores marítimos que entran en Europa a través de grandes puertos como Amberes (Bélgica), Rotterdam (Países Bajos), Hamburgo (Alemania) y Valencia (España). Tras entrar en Europa por estos principales centros de distribución, los cargamentos de cocaína suelen ser transportados por carretera hasta los mercados de destino de la región.
La
En los últimos años se ha observado una diversificación de los actores criminales implicados en la gestión de la cadena de suministro de cocaína entre Sudamérica y Europa. En el pasado, este comercio ilícito estaba dominado por un pequeño número de actores y canales bien establecidos, entre los que destacaban los grupos de delincuencia organizada italianos y las alianzas entre grupos colombianos y españoles. Grupos delictivos como la 'Ndrangheta (cuyo núcleo se encuentra en la región italiana de Calabria) ejercían una ventaja competitiva sobre otras organizaciones de tráfico europeas gracias a su presencia en América Latina y a sus contactos directos con proveedores en los países donde se fabrica la cocaína o cerca de ellos.
Durante muchos años, los Países Bajos han sido un importante punto de escala para que varias organizaciones delictivas, incluidas las de los propios Países Bajos, recibieran cargamentos de cocaína procedentes de Sudamérica y distribuyeran la droga por toda Europa. Sin embargo, en los últimos años, otros grupos europeos han surgido como actores principales en la orquestación del envío de cantidades significativas de cocaína a Europa, estableciendo también su propia presencia y contactos en América Latina. En cierta medida, esto puede haberse visto facilitado por un panorama delictivo cada vez más fragmentado en Colombia tras la desmovilización de las FARC-EP. La proliferación de grupos criminales y armados no estatales de menor tamaño, la ausencia de organizaciones monolíticas que controlen las distintas fases de la cadena de fabricación y tráfico de cocaína y la mayor compartimentación de estas actividades pueden haber dado lugar a nuevas alianzas y cadenas de suministro.
Algunas de las redes emergentes, en particular las albanesas, participan también en la distribución de cocaína en toda Europa y dentro de varios países europeos, lo que les permite aplicar un modelo de negocio "de extremo a extremo".
Los grupos compuestos por hablantes de serbocroata, normalmente nacionales de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia, también se han convertido en actores importantes en la adquisición de grandes cantidades de cocaína y en la organización del transporte y la venta a compradores europeos. Esta diversificación ha dado lugar tanto a una mayor competencia como a casos cada vez más frecuentes de colaboración entre los distintos grupos dedicados al tráfico de cocaína, lo que ha dado lugar a una cadena de suministro más eficaz. Junto con los elevados niveles de cultivo del arbusto de coca y de fabricación de cocaína en Sudamérica, es probable que estos hechos también hayan contribuido a aumentar la disponibilidad de cocaína en Europa.
Distribución de extranjeros detenidos en Europa en relación con incautaciones individuales de cocaína, por nacionalidad, según el tamaño de la incautación, 2018-2020
Durante muchos años, los Países Bajos han sido un importante punto de escala para que varias organizaciones delictivas, incluidas las de los propios Países Bajos, recibieran cargamentos de cocaína procedentes de Sudamérica y distribuyeran la droga por toda Europa. Sin embargo, en los últimos años, otros grupos europeos han surgido como actores principales en la orquestación del envío de cantidades significativas de cocaína a Europa, estableciendo también su propia presencia y contactos en América Latina. En cierta medida, esto puede haberse visto facilitado por un panorama delictivo cada vez más fragmentado en Colombia tras la desmovilización de las FARC-EP. La proliferación de grupos criminales y armados no estatales de menor tamaño, la ausencia de organizaciones monolíticas que controlen las distintas fases de la cadena de fabricación y tráfico de cocaína y la mayor compartimentación de estas actividades pueden haber dado lugar a nuevas alianzas y cadenas de suministro.
Algunas de las redes emergentes, en particular las albanesas, participan también en la distribución de cocaína en toda Europa y dentro de varios países europeos, lo que les permite aplicar un modelo de negocio "de extremo a extremo".
Los grupos compuestos por hablantes de serbocroata, normalmente nacionales de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro y Serbia, también se han convertido en actores importantes en la adquisición de grandes cantidades de cocaína y en la organización del transporte y la venta a compradores europeos. Esta diversificación ha dado lugar tanto a una mayor competencia como a casos cada vez más frecuentes de colaboración entre los distintos grupos dedicados al tráfico de cocaína, lo que ha dado lugar a una cadena de suministro más eficaz. Junto con los elevados niveles de cultivo del arbusto de coca y de fabricación de cocaína en Sudamérica, es probable que estos hechos también hayan contribuido a aumentar la disponibilidad de cocaína en Europa.
Distribución de extranjeros detenidos en Europa en relación con incautaciones individuales de cocaína, por nacionalidad, según el tamaño de la incautación, 2018-2020
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Aumento del tráfico de cocaína de Brasil a Europa a través de África.
La cantidad total de cocaína incautada en África aumentó de 1,2 toneladas en 2015 a 12,9 toneladas en 2019, lo que supone multiplicar por diez la cantidad incautada en cinco años. Sin embargo, esta cantidad equivalía al 0,9% de la cantidad mundial de cocaína incautada en 2019, lo que, en combinación con la prevalencia comparativamente modesta del consumo de cocaína en la región, sugiere que el continente puede no ser un mercado de destino importante para la cocaína.
Dado que no ha habido informes de ningún fortalecimiento significativo de la capacidad de aplicación de la ley en los últimos cinco años, es probable que el aumento de la cantidad de cocaína incautada refleje el crecimiento real de los flujos de tráfico de cocaína hacia y desde África, más notablemente hacia y a través de África Occidental y Central y África del Norte, que representaron, respectivamente, el 54% y el 39% de la cantidad total de cocaína incautada en África en el período 2015-2019. Esto subraya claramente el predominio de estas dos subregiones en el tráfico de cocaína que afecta a África.
Las incautaciones de cocaína en tránsito hacia, dentro de y con salida de África ponen de relieve el papel continuo del continente en el mercado mundial de cocaína. El principal país de salida de los envíos con destino a África parece ser Brasil, posiblemente debido a su infraestructura comercial y sus vínculos lingüísticos con algunos países africanos. En el período 2015-2019, Brasil fue el país más frecuentemente notificado por los países africanos como país de origen, salida o tránsito de los envíos de cocaína, representando el 47% de todas esas notificaciones (excluidos los países africanos de salida y tránsito). En cambio, Colombia representó el 16%, Perú el 7%, México el 4% y la República Bolivariana de Venezuela el 4%.
Esta pauta de envíos de cocaína que parten principalmente de Brasil, sobre todo por vía marítima pero también aérea, hacia destinos en África para su posterior tráfico a otros destinos en África, Europa (sobre todo Bélgica, seguida de (en orden decreciente de menciones por los Estados miembros durante el período 2015-2019) los Países Bajos, Italia, España, Francia y Portugal) y en parte a Asia y Oceanía, ha seguido observándose en los dos últimos años.
La cantidad total de cocaína incautada en África aumentó de 1,2 toneladas en 2015 a 12,9 toneladas en 2019, lo que supone multiplicar por diez la cantidad incautada en cinco años. Sin embargo, esta cantidad equivalía al 0,9% de la cantidad mundial de cocaína incautada en 2019, lo que, en combinación con la prevalencia comparativamente modesta del consumo de cocaína en la región, sugiere que el continente puede no ser un mercado de destino importante para la cocaína.
Dado que no ha habido informes de ningún fortalecimiento significativo de la capacidad de aplicación de la ley en los últimos cinco años, es probable que el aumento de la cantidad de cocaína incautada refleje el crecimiento real de los flujos de tráfico de cocaína hacia y desde África, más notablemente hacia y a través de África Occidental y Central y África del Norte, que representaron, respectivamente, el 54% y el 39% de la cantidad total de cocaína incautada en África en el período 2015-2019. Esto subraya claramente el predominio de estas dos subregiones en el tráfico de cocaína que afecta a África.
Las incautaciones de cocaína en tránsito hacia, dentro de y con salida de África ponen de relieve el papel continuo del continente en el mercado mundial de cocaína. El principal país de salida de los envíos con destino a África parece ser Brasil, posiblemente debido a su infraestructura comercial y sus vínculos lingüísticos con algunos países africanos. En el período 2015-2019, Brasil fue el país más frecuentemente notificado por los países africanos como país de origen, salida o tránsito de los envíos de cocaína, representando el 47% de todas esas notificaciones (excluidos los países africanos de salida y tránsito). En cambio, Colombia representó el 16%, Perú el 7%, México el 4% y la República Bolivariana de Venezuela el 4%.
Esta pauta de envíos de cocaína que parten principalmente de Brasil, sobre todo por vía marítima pero también aérea, hacia destinos en África para su posterior tráfico a otros destinos en África, Europa (sobre todo Bélgica, seguida de (en orden decreciente de menciones por los Estados miembros durante el período 2015-2019) los Países Bajos, Italia, España, Francia y Portugal) y en parte a Asia y Oceanía, ha seguido observándose en los dos últimos años.
Tráfico reciente de cocaínaÁfrica.
Tráfico de cocaína de Brasil a África.
Varias incautaciones de cocaína realizadas en Brasil en los últimos años estaban destinadas en realidad a África, normalmente como lugar de transbordo para el tráfico posterior a Europa, aunque algunos envíos también estaban destinados a África a través de Europa. Por ejemplo, en junio de 2019, se incautaron 0,7 toneladas de cocaína en un contenedor en São Paulo que estaba destinado a ser traficado a través de Bélgica a Ghana. En diciembre de 2020, se incautaron 360 kg de cocaína en un contenedor en São Paulo que estaba destinado a ser enviado a través de España a Nigeria. Los envíos directos a África, sin embargo, siguen siendo más comunes. En noviembre de 2019, por ejemplo, se incautaron en São Paulo 1,3 toneladas de cocaína en dos contenedores de sacos de azúcar que estaban destinados a ser enviados por barco a Marruecos. También se realizaron incautaciones de entre 100 kg y 400 kg en contenedores en São Paulo y el Estado de Santa Catarina que estaban destinados a ser enviados a Costa de Marfil (mayo de 2020), a Libia (mayo de 2020) y a Nigeria (diciembre de 2020). Además, durante el período 2019-2021, se traficaron por vía aérea cantidades más pequeñas de cocaína (entre 1 kg y 10 kg por traficante) con destino a varios países de África, a saber, Angola, Benín, Burundi, Camerún, Egipto, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Malí, Mozambique, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Seychelles y Sierra Leona.
Paralelamente, se realizaron en África varias incautaciones importantes de cocaína que habían partido de Brasil. Por ejemplo, en enero de 2019, las autoridades de Sudáfrica se incautaron de 706 kg de cocaína en un contenedor enviado por mar desde Brasil, que se esperaba que transitara por Sudáfrica y luego por Singapur en ruta hacia su destino final, la India. En junio de 2019, las autoridades de Senegal se incautaron de 798 kg de cocaína en el interior de 15 coches nuevos a bordo de un barco que viajaba de Brasil a Angola. En diciembre de 2019, las autoridades de Benín se incautaron de 755 kg de cocaína en un contenedor en un barco en Benín que se había originado en Brasil y estaba destinado a transitar por el Níger antes de llegar a su destino final, Europa. En septiembre de 2018, según los medios de comunicación, se incautaron 1,2 toneladas de cocaína cerca de São Paulo, en el puerto de Santos (Brasil), con destino al puerto de Abiyán (Costa de Marfil). Las investigaciones posteriores parecen haber revelado que el envío formaba parte de un plan más amplio organizado por grupos de delincuencia organizada italianos que, con este fin, crearon una falsa empresa de construcción en Abiyán para poder adquirir legalmente en Brasil equipos de segunda mano en los que se ocultaba la cocaína. Los compradores finales de la cocaína eran presuntamente la 'Ndrangheta y la Camorra en Italia. A pesar de la detención de varias personas implicadas en estas actividades de tráfico, entre ellas varios italianos y ciudadanos de Costa de Marfil, el tráfico de cocaína de Brasil a Costa de Marfil continuó. En febrero de 2020, las autoridades de Costa de Marfil confiscaron 411 kg de cocaína en aguas territoriales del país procedentes de un barco que había zarpado de Brasil. Del mismo modo, en abril de 2020, las autoridades brasileñas se incautaron de 146 kg de cocaína en un puerto marítimo cerca de São Paulo, con destino a Costa de Marfil, aunque era probable que el destino final fuera el puerto de Amberes (Bélgica).
En febrero de 2020, la National Drug Law Enforcement Agency de Nigeria se incautó de 43 kg de cocaína en el puerto de Tin Can Island, Lagos, que había partido de Brasil. En noviembre de 2020, las autoridades nigerianas se incautaron de 12 kg de cocaína en ruta desde São Paulo a Addis Abeba (Etiopía) y, en enero de 2021, se incautaron de 27 kg de cocaína que habían llegado por vía aérea desde Brasil a través de Addis Abeba. También salieron de Brasil cantidades importantes de cocaína con destino a Guinea-Bissau. En marzo de 2019, se incautaron en Guinea-Bissau 0,8 toneladas de la droga, encontradas en el falso fondo de un camión cargado de pescado congelado, aparentemente destinadas a su posterior envío a través de países del Sahel al norte de África y Europa.
En septiembre de 2019 se incautaron más de 1,8 toneladas; en la operación de tráfico participaron nacionales de Colombia, Guinea-Bissau y Mali. Desde Guinea-Bissau, la cocaína puede ser traficada por vía aérea a Lisboa (Portugal).
Tráfico de cocaína desde otros países sudamericanos hacia África.
Mientras tanto, otros países sudamericanos de salida siguen desempeñando un papel y/o se han ido involucrando cada vez más en el envío de cocaína a África. Por ejemplo, en 2019, las autoridades colombianas incautaron 1,2 toneladas de cocaína en un contenedor con destino a Cabo Verde. En septiembre de 2019, las autoridades sudafricanas se incautaron de 85 kg de cocaína en un contenedor que había partido de Ecuador. En diciembre de 2019, las autoridades policiales uruguayas incautaron más de 6 toneladas de cocaína con destino a Togo. El anterior récord de incautación en Uruguay fueron 3 toneladas de cocaína, encontradas en un contenedor en el Puerto de Montevideo en noviembre de 2019, que también tenían como destino África, según los medios. En febrero de 2020, se incautaron 350 kg de cocaína en Guyana, en ruta hacia Nigeria. En diciembre de 2020, 51 kg de cocaína fueron incautados en Panamá en un contenedor con destino a Sudáfrica. Unos meses más tarde, en febrero de 2021, las fuerzas de seguridad de Costa de Marfil se incautaron de más de 1 tonelada de cocaína que había sido enviada al país a través de Paraguay.
Tráfico de cocaína de África a Europa.
Paralelamente, Benín parece haberse convertido en un importante país de tránsito y salida para los envíos de cocaína en África, en parte debido al hecho de que el aeropuerto de Cotonú estuvo operativo durante gran parte del periodo de 2020 en el que los aeropuertos de los países vecinos estuvieron cerrados a causa de la pandemia de COVID-19. Esto ha atraído a los narcotraficantes, que se han visto obligados a abandonar el país. Esto ha atraído a los narcotraficantes de los países vecinos, que siguieron utilizando Benín como lugar de transbordo incluso una vez reabiertos los aeropuertos de otros países de la región. En el último cuatrimestre de 2020 se interceptaron en Cotonú, Bruselas y París 28 correos de droga (en su mayoría cocaína) que habían salido de Benín o transitado por este país. La mayoría de ellos eran de origen nigeriano pero estaban en posesión de pasaportes o tarjetas de residencia europeos (sobre todo italianos); algunos eran titulares de pasaportes europeos sin origen nigeriano.
También se identificaron contrabandistas de otros países de la región. Por ejemplo, en noviembre de 2020, un mensajero ghanés fue detenido en el aeropuerto de Cotonú en posesión de 14 kg de cocaína, que había adquirido en Brasil y transportado de contrabando por vía aérea desde Brasil a Benín, pasando por Addis Abeba.
Aún más sorprendente es que una proporción significativa de toda la cocaína interceptada en Benín en 2020 había sido introducida de contrabando vía Amberes, Bélgica, en un contenedor cargado con 557 kg de anacardos, que fue incautado en Benín en octubre de 2020. Esto sugiere que parte de la cocaína también se trafica desde Sudamérica a través de Europa hasta África para su posterior reexportación a Europa.
Varias incautaciones de cocaína realizadas en Brasil en los últimos años estaban destinadas en realidad a África, normalmente como lugar de transbordo para el tráfico posterior a Europa, aunque algunos envíos también estaban destinados a África a través de Europa. Por ejemplo, en junio de 2019, se incautaron 0,7 toneladas de cocaína en un contenedor en São Paulo que estaba destinado a ser traficado a través de Bélgica a Ghana. En diciembre de 2020, se incautaron 360 kg de cocaína en un contenedor en São Paulo que estaba destinado a ser enviado a través de España a Nigeria. Los envíos directos a África, sin embargo, siguen siendo más comunes. En noviembre de 2019, por ejemplo, se incautaron en São Paulo 1,3 toneladas de cocaína en dos contenedores de sacos de azúcar que estaban destinados a ser enviados por barco a Marruecos. También se realizaron incautaciones de entre 100 kg y 400 kg en contenedores en São Paulo y el Estado de Santa Catarina que estaban destinados a ser enviados a Costa de Marfil (mayo de 2020), a Libia (mayo de 2020) y a Nigeria (diciembre de 2020). Además, durante el período 2019-2021, se traficaron por vía aérea cantidades más pequeñas de cocaína (entre 1 kg y 10 kg por traficante) con destino a varios países de África, a saber, Angola, Benín, Burundi, Camerún, Egipto, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Malí, Mozambique, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Seychelles y Sierra Leona.
Paralelamente, se realizaron en África varias incautaciones importantes de cocaína que habían partido de Brasil. Por ejemplo, en enero de 2019, las autoridades de Sudáfrica se incautaron de 706 kg de cocaína en un contenedor enviado por mar desde Brasil, que se esperaba que transitara por Sudáfrica y luego por Singapur en ruta hacia su destino final, la India. En junio de 2019, las autoridades de Senegal se incautaron de 798 kg de cocaína en el interior de 15 coches nuevos a bordo de un barco que viajaba de Brasil a Angola. En diciembre de 2019, las autoridades de Benín se incautaron de 755 kg de cocaína en un contenedor en un barco en Benín que se había originado en Brasil y estaba destinado a transitar por el Níger antes de llegar a su destino final, Europa. En septiembre de 2018, según los medios de comunicación, se incautaron 1,2 toneladas de cocaína cerca de São Paulo, en el puerto de Santos (Brasil), con destino al puerto de Abiyán (Costa de Marfil). Las investigaciones posteriores parecen haber revelado que el envío formaba parte de un plan más amplio organizado por grupos de delincuencia organizada italianos que, con este fin, crearon una falsa empresa de construcción en Abiyán para poder adquirir legalmente en Brasil equipos de segunda mano en los que se ocultaba la cocaína. Los compradores finales de la cocaína eran presuntamente la 'Ndrangheta y la Camorra en Italia. A pesar de la detención de varias personas implicadas en estas actividades de tráfico, entre ellas varios italianos y ciudadanos de Costa de Marfil, el tráfico de cocaína de Brasil a Costa de Marfil continuó. En febrero de 2020, las autoridades de Costa de Marfil confiscaron 411 kg de cocaína en aguas territoriales del país procedentes de un barco que había zarpado de Brasil. Del mismo modo, en abril de 2020, las autoridades brasileñas se incautaron de 146 kg de cocaína en un puerto marítimo cerca de São Paulo, con destino a Costa de Marfil, aunque era probable que el destino final fuera el puerto de Amberes (Bélgica).
En febrero de 2020, la National Drug Law Enforcement Agency de Nigeria se incautó de 43 kg de cocaína en el puerto de Tin Can Island, Lagos, que había partido de Brasil. En noviembre de 2020, las autoridades nigerianas se incautaron de 12 kg de cocaína en ruta desde São Paulo a Addis Abeba (Etiopía) y, en enero de 2021, se incautaron de 27 kg de cocaína que habían llegado por vía aérea desde Brasil a través de Addis Abeba. También salieron de Brasil cantidades importantes de cocaína con destino a Guinea-Bissau. En marzo de 2019, se incautaron en Guinea-Bissau 0,8 toneladas de la droga, encontradas en el falso fondo de un camión cargado de pescado congelado, aparentemente destinadas a su posterior envío a través de países del Sahel al norte de África y Europa.
En septiembre de 2019 se incautaron más de 1,8 toneladas; en la operación de tráfico participaron nacionales de Colombia, Guinea-Bissau y Mali. Desde Guinea-Bissau, la cocaína puede ser traficada por vía aérea a Lisboa (Portugal).
Tráfico de cocaína desde otros países sudamericanos hacia África.
Mientras tanto, otros países sudamericanos de salida siguen desempeñando un papel y/o se han ido involucrando cada vez más en el envío de cocaína a África. Por ejemplo, en 2019, las autoridades colombianas incautaron 1,2 toneladas de cocaína en un contenedor con destino a Cabo Verde. En septiembre de 2019, las autoridades sudafricanas se incautaron de 85 kg de cocaína en un contenedor que había partido de Ecuador. En diciembre de 2019, las autoridades policiales uruguayas incautaron más de 6 toneladas de cocaína con destino a Togo. El anterior récord de incautación en Uruguay fueron 3 toneladas de cocaína, encontradas en un contenedor en el Puerto de Montevideo en noviembre de 2019, que también tenían como destino África, según los medios. En febrero de 2020, se incautaron 350 kg de cocaína en Guyana, en ruta hacia Nigeria. En diciembre de 2020, 51 kg de cocaína fueron incautados en Panamá en un contenedor con destino a Sudáfrica. Unos meses más tarde, en febrero de 2021, las fuerzas de seguridad de Costa de Marfil se incautaron de más de 1 tonelada de cocaína que había sido enviada al país a través de Paraguay.
Tráfico de cocaína de África a Europa.
Paralelamente, Benín parece haberse convertido en un importante país de tránsito y salida para los envíos de cocaína en África, en parte debido al hecho de que el aeropuerto de Cotonú estuvo operativo durante gran parte del periodo de 2020 en el que los aeropuertos de los países vecinos estuvieron cerrados a causa de la pandemia de COVID-19. Esto ha atraído a los narcotraficantes, que se han visto obligados a abandonar el país. Esto ha atraído a los narcotraficantes de los países vecinos, que siguieron utilizando Benín como lugar de transbordo incluso una vez reabiertos los aeropuertos de otros países de la región. En el último cuatrimestre de 2020 se interceptaron en Cotonú, Bruselas y París 28 correos de droga (en su mayoría cocaína) que habían salido de Benín o transitado por este país. La mayoría de ellos eran de origen nigeriano pero estaban en posesión de pasaportes o tarjetas de residencia europeos (sobre todo italianos); algunos eran titulares de pasaportes europeos sin origen nigeriano.
También se identificaron contrabandistas de otros países de la región. Por ejemplo, en noviembre de 2020, un mensajero ghanés fue detenido en el aeropuerto de Cotonú en posesión de 14 kg de cocaína, que había adquirido en Brasil y transportado de contrabando por vía aérea desde Brasil a Benín, pasando por Addis Abeba.
Aún más sorprendente es que una proporción significativa de toda la cocaína interceptada en Benín en 2020 había sido introducida de contrabando vía Amberes, Bélgica, en un contenedor cargado con 557 kg de anacardos, que fue incautado en Benín en octubre de 2020. Esto sugiere que parte de la cocaína también se trafica desde Sudamérica a través de Europa hasta África para su posterior reexportación a Europa.
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Asia emerge como región de tránsito de cocaína.
La cantidad de cocaína incautada en Asia en 2019 ascendió a 19,1 toneladas, casi quince veces más que las 1,3 toneladas notificadas en 2015. En el período 2015-2019, las mayores cantidades de cocaína incautada en la región se incautaron en Asia oriental y sudoriental (79% del total), seguida de Oriente Próximo y Medio y Asia sudoccidental (14%) y Asia meridional (7%).
La mayor parte de la cocaína incautada en Asia en 2019 fue notificada por Malasia, que representó el 80% de la cantidad total de cocaína incautada en la región, seguida de Hong Kong, China (8%). Sin embargo, la mayor parte de la cocaína incautada en Malasia en 2019 no estaba destinada a ese país, sino a Australia. Estaba relacionada con un único envío procedente de Colombia que había viajado por mar a través de Ecuador y Dubái (Emiratos Árabes Unidos) hasta Malasia, donde la cocaína fue incautada mientras estaba en tránsito.
Las mayores cantidades de cocaína incautada en Oriente Próximo y Medio y Asia sudoccidental en 2019 fueron comunicadas por Arabia Saudí, seguida de Pakistán y Líbano, mientras que las mayores cantidades de cocaína incautada en Asia meridional fueron comunicadas por la India y las de Asia central/Transcaucasia por Azerbaiyán.
Los países de origen, salida y tránsito de los envíos de cocaína a países de Asia comunicados con más frecuencia en el periodo 2015-2019 fueron Brasil, seguido de Emiratos Árabes Unidos, Colombia, Nigeria, Qatar, Perú, Sudáfrica, Estado Plurinacional de Bolivia, Países Bajos, Etiopía, República Islámica del Irán y Estados Unidos.
El tráfico de cocaína a Asia en el periodo 2015-2019 se realizó mayoritariamente por vía aérea. Las únicas excepciones en las que la mayor parte de la cocaína se introdujo en los países por barco fueron las notificadas por Israel en 2016, por China en 2015, 2017 y 2019, por Filipinas en 2018 y por Malasia en 2019.
La cantidad de cocaína incautada en Asia en 2019 ascendió a 19,1 toneladas, casi quince veces más que las 1,3 toneladas notificadas en 2015. En el período 2015-2019, las mayores cantidades de cocaína incautada en la región se incautaron en Asia oriental y sudoriental (79% del total), seguida de Oriente Próximo y Medio y Asia sudoccidental (14%) y Asia meridional (7%).
La mayor parte de la cocaína incautada en Asia en 2019 fue notificada por Malasia, que representó el 80% de la cantidad total de cocaína incautada en la región, seguida de Hong Kong, China (8%). Sin embargo, la mayor parte de la cocaína incautada en Malasia en 2019 no estaba destinada a ese país, sino a Australia. Estaba relacionada con un único envío procedente de Colombia que había viajado por mar a través de Ecuador y Dubái (Emiratos Árabes Unidos) hasta Malasia, donde la cocaína fue incautada mientras estaba en tránsito.
Las mayores cantidades de cocaína incautada en Oriente Próximo y Medio y Asia sudoccidental en 2019 fueron comunicadas por Arabia Saudí, seguida de Pakistán y Líbano, mientras que las mayores cantidades de cocaína incautada en Asia meridional fueron comunicadas por la India y las de Asia central/Transcaucasia por Azerbaiyán.
Los países de origen, salida y tránsito de los envíos de cocaína a países de Asia comunicados con más frecuencia en el periodo 2015-2019 fueron Brasil, seguido de Emiratos Árabes Unidos, Colombia, Nigeria, Qatar, Perú, Sudáfrica, Estado Plurinacional de Bolivia, Países Bajos, Etiopía, República Islámica del Irán y Estados Unidos.
El tráfico de cocaína a Asia en el periodo 2015-2019 se realizó mayoritariamente por vía aérea. Las únicas excepciones en las que la mayor parte de la cocaína se introdujo en los países por barco fueron las notificadas por Israel en 2016, por China en 2015, 2017 y 2019, por Filipinas en 2018 y por Malasia en 2019.
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El tráfico de cocaína a Oceanía sigue siendo rentable.
A pesar de las largas rutas de tráfico y el número de países de tránsito geográficamente dispersos, el alto precio de la cocaína en Australia y Nueva Zelanda hace que el contrabando de cocaína a Oceanía sea atractivo para los narcotraficantes. Por lo tanto, el tráfico de cocaína a Australia desde mercados de destino final que de otro modo serían típicos, como América del Norte y Europa occidental y central, sigue siendo muy rentable para los narcotraficantes.
En el período 2015-2019, los países de origen, salida y tránsito de cocaína incautada en Oceanía notificados con mayor frecuencia fueron Perú, seguido de los Países Bajos, los Estados Unidos, Brasil, México, Sudáfrica, Canadá, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Chile y Argentina.
En el ejercicio 2018/19, solo Australia identificó un total de 49 países como puntos de embarque de la cocaína detectada en la frontera australiana. Entre ellos había países de América, Europa, África y Oceanía. Por peso de la cocaína detectada, los puntos de embarque clave fueron Sudáfrica (por primera vez en la historia), seguida de México, Estados Unidos, Fiyi, Francia, Canadá, Países Bajos, Brasil, Bélgica y Reino Unido.
En Nueva Zelanda, la mayor parte de la cocaína incautada en 2019 había partido de Ecuador (muy probablemente con origen en Colombia), seguido de Perú. Los principales países de tránsito de los envíos de cocaína a Nueva Zelanda en 2019 fueron Ecuador (63%), seguido de Argentina (12%) y los Emiratos Árabes Unidos (6%).
La mayor parte de la cocaína interceptada en Australia y Nueva Zelanda se ha enviado por mar. Sin embargo, los datos de Australia también muestran un gran número de pequeños envíos traficados por correo internacional, lo que sugiere que la cocaína también puede importarse como resultado de compras de droga realizadas por consumidores finales a través de la darknet.
El perfil de drogas de la cocaína incautada en la frontera australiana indicó que alrededor del 70% de la cocaína que entró en el país en los primeros seis meses de 2019 se había originado en Colombia y solo el 2% en Perú; el resto no pudo clasificarse. Esto refleja cambios significativos desde 2013, cuando solo el 10% de la cocaína analizada se había originado en Colombia y el 90% en Perú.
Tasa de interceptación de cocaína en Australia.
A pesar de la reciente disminución de la cantidad de cocaína incautada en Australia, los datos disponibles sugieren que la tasa de interceptación de envíos de cocaína en Australia sigue siendo alta.
Con una cantidad notificada de 4,64 toneladas de cocaína consumida en Australia en el ejercicio fiscal 2018/19 y 5,68 toneladas, en promedio, en 2019/20, sobre la base del análisis de las aguas residuales, se puede suponer que aproximadamente 5,16 toneladas de cocaína pura se consumieron en el país en 2019. La cantidad de cocaína incautada, sin ajustar por pureza, ascendió a 1,43 toneladas en 2018, lo que habría sido equivalente a 1,06 toneladas de cocaína pura, sobre la base de una pureza media del 74% a nivel mayorista en todas las jurisdicciones de Australia. Esto sugiere que 6,22 toneladas (5,16 toneladas más 1,06 toneladas) de cocaína pueden haber entrado en Australia en 2019, de las cuales 1,06 toneladas, o el 17%, fueron interceptadas por las autoridades.
En el período 2015-2019, los países de origen, salida y tránsito de cocaína incautada en Oceanía notificados con mayor frecuencia fueron Perú, seguido de los Países Bajos, los Estados Unidos, Brasil, México, Sudáfrica, Canadá, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Chile y Argentina.
En el ejercicio 2018/19, solo Australia identificó un total de 49 países como puntos de embarque de la cocaína detectada en la frontera australiana. Entre ellos había países de América, Europa, África y Oceanía. Por peso de la cocaína detectada, los puntos de embarque clave fueron Sudáfrica (por primera vez en la historia), seguida de México, Estados Unidos, Fiyi, Francia, Canadá, Países Bajos, Brasil, Bélgica y Reino Unido.
En Nueva Zelanda, la mayor parte de la cocaína incautada en 2019 había partido de Ecuador (muy probablemente con origen en Colombia), seguido de Perú. Los principales países de tránsito de los envíos de cocaína a Nueva Zelanda en 2019 fueron Ecuador (63%), seguido de Argentina (12%) y los Emiratos Árabes Unidos (6%).
La mayor parte de la cocaína interceptada en Australia y Nueva Zelanda se ha enviado por mar. Sin embargo, los datos de Australia también muestran un gran número de pequeños envíos traficados por correo internacional, lo que sugiere que la cocaína también puede importarse como resultado de compras de droga realizadas por consumidores finales a través de la darknet.
El perfil de drogas de la cocaína incautada en la frontera australiana indicó que alrededor del 70% de la cocaína que entró en el país en los primeros seis meses de 2019 se había originado en Colombia y solo el 2% en Perú; el resto no pudo clasificarse. Esto refleja cambios significativos desde 2013, cuando solo el 10% de la cocaína analizada se había originado en Colombia y el 90% en Perú.
Tasa de interceptación de cocaína en Australia.
A pesar de la reciente disminución de la cantidad de cocaína incautada en Australia, los datos disponibles sugieren que la tasa de interceptación de envíos de cocaína en Australia sigue siendo alta.
Con una cantidad notificada de 4,64 toneladas de cocaína consumida en Australia en el ejercicio fiscal 2018/19 y 5,68 toneladas, en promedio, en 2019/20, sobre la base del análisis de las aguas residuales, se puede suponer que aproximadamente 5,16 toneladas de cocaína pura se consumieron en el país en 2019. La cantidad de cocaína incautada, sin ajustar por pureza, ascendió a 1,43 toneladas en 2018, lo que habría sido equivalente a 1,06 toneladas de cocaína pura, sobre la base de una pureza media del 74% a nivel mayorista en todas las jurisdicciones de Australia. Esto sugiere que 6,22 toneladas (5,16 toneladas más 1,06 toneladas) de cocaína pueden haber entrado en Australia en 2019, de las cuales 1,06 toneladas, o el 17%, fueron interceptadas por las autoridades.
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