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Psilocibinas y opiáceos inyectables
Lapsilocibina es un compuesto psicodélico natural que se encuentra en ciertas especies de setas, comúnmente denominadas "setas mágicas". Cuando se ingiere, la psilocibina se convierte en el cuerpo en psilocina, el metabolito activo responsable de sus efectos psicoactivos.
El principal mecanismo de acción de la psilocibina es la modulación de la serotonina, un neurotransmisor que desempeña un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo, la cognición y la percepción. Al unirse a los receptores de serotonina, en particular al 5-HT2A, la psilocina aumenta la excitabilidad de ciertas regiones cerebrales, sobre todo del córtex prefrontal, implicado en funciones de orden superior como el pensamiento, la atención y la toma de decisiones. Este aumento de la excitabilidad conduce a una mayor conectividad entre diferentes áreas del cerebro que normalmente no se comunican directamente, lo que ayuda a explicar las profundas alteraciones de la conciencia, la percepción y las emociones experimentadas durante un viaje de psilocibina.
Una característica clave de los efectos de la psilocibina es su impacto en la red de modos por defecto (DMN), una red de regiones cerebrales asociadas con el pensamiento autorreferencial, el ego y la percepción del tiempo. En condiciones normales, la DMN está relativamente activa, proporcionando una sensación de autoconciencia cohesiva y ayudando a mantener un sentido estable de la identidad. Sin embargo, la psilocibina reduce temporalmente la actividad del DMN, provocando una disolución del ego, un fenómeno a menudo descrito como "muerte del ego" o un sentimiento de unidad con el universo. Se cree que esta reducción de la actividad del DMN contribuye a las experiencias místicas o espirituales de las que hablan muchos consumidores de psilocibina.
Los opiáceos inyectables, como la heroína, la morfina y el fentanilo, son potentes drogas que actúan uniéndose a receptores específicos del cerebro, la médula espinal y otras partes del cuerpo. Estos receptores, conocidos como receptores opioides, forman parte del sistema opioide endógeno, que ayuda a regular el dolor, la recompensa y las respuestas emocionales. Cuando se administran opiáceos inyectables, imitan las sustancias químicas analgésicas naturales del organismo, como las endorfinas, pero con efectos mucho más potentes y duraderos.
Una vez inyectados, estos opiáceos entran rápidamente en el torrente sanguíneo y atraviesan la barrera hematoencefálica, alcanzando el sistema nervioso central. Los principales receptores opioides implicados en los efectos de estas drogas son los receptores mu-opioides. Cuando los opiáceos activan estos receptores, reducen la transmisión de señales de dolor al inhibir la liberación de neurotransmisores como la sustancia P y el glutamato, que intervienen en la sensación de dolor. El resultado es un profundo efecto analgésico (calmante del dolor), que hace que los opiáceos sean eficaces para tratar el dolor intenso.
Además de aliviar el dolor, los opiáceos producen otros efectos. Uno de los más notables es una fuerte sensación de euforia o "subidón", sobre todo con drogas como la heroína cuando se inyectan por vía intravenosa. Esta sensación de euforia se debe a la rápida liberación de dopamina en las vías de recompensa del cerebro, sobre todo en zonas como el núcleo accumbens. La dopamina es un neurotransmisor que desempeña un papel central en las sensaciones de placer y recompensa, y el aumento de dopamina tras la inyección de opiáceos refuerza el comportamiento de búsqueda de drogas, contribuyendo al elevado potencial de adicción.
Los opiáceos no sólo afectan a la percepción del dolor, sino también a los estados emocionales y psicológicos. Reducen la ansiedad e inducen una sensación de calma y distanciamiento del estrés. Sin embargo, con el consumo repetido, el cerebro se adapta a la presencia de la droga, lo que conduce a la tolerancia, en la que se necesitan dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. Esta tolerancia contribuye al ciclo de la adicción, ya que los consumidores aumentan sus dosis para mantener el nivel deseado de euforia o alivio del dolor. Con el tiempo, se desarrolla una dependencia física, lo que significa que el cuerpo necesita la droga para funcionar con normalidad, y se producen síntomas de abstinencia cuando la droga no está presente.
La combinación de psilocibina y opiáceos inyectables puede provocar una compleja interacción de efectos debido a sus distintas acciones farmacológicas. La capacidad de la psilocibina para inducir profundos cambios emocionales y perceptivos puede intensificar la experiencia subjetiva de euforia de los opiáceos, conduciendo potencialmente a una disociación o confusión más profunda. Sin embargo, la psilocibina también podría provocar ansiedad o paranoia, especialmente cuando se combina con la sedación provocada por los opiáceos, haciendo que la experiencia emocional sea difícil de controlar.
Los efectos sobre el sistema nervioso central de los opiáceos inyectables suponen un peligro importante, especialmente su acción depresora sobre la respiración. Los efectos psicoactivos de la psilocibina no mitigan esto, y los usuarios pueden volverse menos conscientes o menos sensibles a la depresión respiratoria potencialmente mortal que puede producirse con altas dosis de opiáceos, aumentando el riesgo de sobredosis.
También se está investigando el potencial de la psilocibina en el tratamiento de la adicción a los opiáceos, ya que puede ayudar a reducir el ansia de consumo y favorecer la curación psicológica en un entorno terapéutico controlado. Sin embargo, los datos sobre la combinación de estas drogas son limitados.
No hemos encontrado datos confirmados sobre afecciones agudas y mortales asociadas a esta combinación. Al mismo tiempo, no hay indicios de efectos recreativos positivos que merezcan la pena y que puedan cubrir los riesgos de esta combinación.
En definitiva, esta combinación plantea riesgos considerables, sobre todo debido a los potentes y potencialmente mortales efectos respiratorios de los opiáceos.
Teniendo en cuenta lo anterior, recomendamos tratar esta combinación con mucha precaución.
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