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Alcohol y tranquilizantes benzodiacepínicos
La combinación de alcohol y tranquilizantes benzodiacepínicos puede ser peligrosa porque tanto el alcohol como las benzodiacepinas actúan como depresores del sistema nervioso central. Y la combinación de sustancias de la misma dirección de acción casi siempre conlleva peligros.
Cuando se consume alcohol, se absorbe en el torrente sanguíneo y se distribuye rápidamente por todo el cuerpo, incluido el cerebro. Una vez en el cerebro, el alcohol interfiere en el funcionamiento normal de los neurotransmisores. En concreto, el alcohol afecta al GABA, responsable de inhibir determinadas actividades cerebrales y producir sensaciones de relajación y sedación. El alcohol potencia los efectos del GABA y provoca una mayor inhibición de la actividad cerebral.
Las benzodiacepinas son un tipo de medicamento que se utiliza habitualmente para tratar la ansiedad y el insomnio. Al igual que el alcohol, las benzodiacepinas actúan interfiriendo en el funcionamiento normal de los neurotransmisores cerebrales. Concretamente, potencian los efectos del mismo GABA. Al potenciar los efectos del GABA, las benzodiacepinas ayudan a reducir la ansiedad y favorecen el sueño.
Cuando se combinan, estas sustancias crean una situación de mayor riesgo. Los efectos de cada una se amplifican. La persona puede experimentar una relajación muscular excesiva, graves problemas de coordinación, somnolencia abrumadora, distorsiones del pensamiento, amnesia, supresión de la actividad respiratoria, náuseas y vómitos.
Todo ello puede provocar caídas y lesiones graves, desmayos, vómitos durante la pérdida de conciencia y paradas respiratorias. La combinación de alcohol y benzodiacepinas es peligrosa. Además, si una persona está sola, no sabe lo que hace y conseguir atención médica rápidamente puede ser difícil.
Existe la opinión de que las benzodiacepinas se pueden combinar en pequeñas dosis con refrescos para conseguir relajación con cierta euforia. Esto puede ser cierto, pero incluso con un enfoque moderado, existen riesgos de intoxicación excesiva con pérdida de memoria. Se habla menos de ello, pero existe la posibilidad de desarrollo y reacciones paradójicas, que incluyen hostilidad, arrebatos agresivos y amnesia anterógrada. Y algunos consumidores tienen problemas estomacales y digestivos. Además, la combinación de alcohol y benzos aumenta drásticamente las posibilidades de desarrollar una adicción combinada.
Le instamos a que aborde el consumo recreativo de forma consciente y sopese los riesgos.
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