El LSD y la psilocibina se están convirtiendo en métodos cada vez más prometedores en el campo de la salud mental. Recientemente, universidades y empresas han empezado a explorar su potencial en el tratamiento de los síndromes de dolor.
George (seudónimo) se enfrentó a graves problemas de salud desde una edad temprana: le diagnosticaron diabetes tipo 1 a los 11 meses, lo que luego le provocó pérdida de visión en un ojo y neuropatía periférica. En 2019 le diagnosticaron cáncer de colon. Aquejado de depresión y ansiedad, George decidió probar a automedicarse con psicodélicos, concretamente consumiendo "setas mágicas" que contenían psilocibina.
Ahora, a sus 28 años, toma aproximadamente medio gramo de estas setas dos veces por semana. La dosis es insuficiente para una experiencia psicodélica en toda regla, pero ha notado mejoras significativas en su estado mental, algo que corroboran los resultados de investigaciones recientes. Además, le sorprendió comprobar que el dolor físico también se reducía, incluso los días en que no tomaba setas.
George (seudónimo) se enfrentó a graves problemas de salud desde una edad temprana: le diagnosticaron diabetes tipo 1 a los 11 meses, lo que luego le provocó pérdida de visión en un ojo y neuropatía periférica. En 2019 le diagnosticaron cáncer de colon. Aquejado de depresión y ansiedad, George decidió probar a automedicarse con psicodélicos, concretamente consumiendo "setas mágicas" que contenían psilocibina.
Ahora, a sus 28 años, toma aproximadamente medio gramo de estas setas dos veces por semana. La dosis es insuficiente para una experiencia psicodélica en toda regla, pero ha notado mejoras significativas en su estado mental, algo que corroboran los resultados de investigaciones recientes. Además, le sorprendió comprobar que el dolor físico también se reducía, incluso los días en que no tomaba setas.
"Mi ansiedad y depresión empezaron a disminuir, y el dolor en las piernas también se hizo menos perceptible.Siento los efectos duraderos de la psilocibina en mi sistema digestivo y colon " - dice George.
Las experiencias psicodélicas, como los colores brillantes y las percepciones distorsionadas, se asocian a menudo con una mejora de la salud mental, incluida una reducción de la ansiedad y de los síntomas del TEPT. Sin embargo, cada vez más investigadores se preguntan si estas sustancias pueden utilizarse para aliviar el dolor. Aunque el LSD y la psilocibina siguen siendo ilegales según la normativa federal, cada vez se aprueban oficialmente más estudios científicos.
Los científicos que trabajan en universidades y en empresas psicodélicas están empezando a probar estas sustancias en diversas dolencias, como cefaleas en racimo, dolor crónico, fibromialgia e incluso dolor fantasma. En mayo de este año, Mind Medicine, una empresa con sede en Nueva York, anunció el lanzamiento del Proyecto Angie, cuyo objetivo es investigar el LSD y otras sustancias para el tratamiento del dolor crónico.
Las experiencias psicodélicas, como los colores brillantes y las percepciones distorsionadas, se asocian a menudo con una mejora de la salud mental, incluida una reducción de la ansiedad y de los síntomas del TEPT. Sin embargo, cada vez más investigadores se preguntan si estas sustancias pueden utilizarse para aliviar el dolor. Aunque el LSD y la psilocibina siguen siendo ilegales según la normativa federal, cada vez se aprueban oficialmente más estudios científicos.
Los científicos que trabajan en universidades y en empresas psicodélicas están empezando a probar estas sustancias en diversas dolencias, como cefaleas en racimo, dolor crónico, fibromialgia e incluso dolor fantasma. En mayo de este año, Mind Medicine, una empresa con sede en Nueva York, anunció el lanzamiento del Proyecto Angie, cuyo objetivo es investigar el LSD y otras sustancias para el tratamiento del dolor crónico.
"Aún no comprendemos del todo cómo los psicodélicos ayudan a modular los síntomas a largo plazo de las enfermedades, incluidos los trastornos del dolor, sobre los que no se ha investigado lo suficiente hasta ahora. Pero hay pruebas preliminares alentadoras de que actúan a través de mecanismos psicológicos y tienen efectos directos sobre las vías del dolor " - señala el médico Dan Carlin, de MindMed.
Tryp Therapeutics, con sede en California, está explorando el alivio del dolor utilizando psilocibina y otro fármaco patentado conocido como TRP-8803. Colabora con la Universidad de Michigan para estudiar los efectos de estas sustancias en la fibromialgia, una enfermedad compleja y poco estudiada que suele ir asociada al dolor generalizado.
Robin Carhart-Harris, destacada investigadora en psicodelia, ha pasado a formar parte del consejo asesor científico de la empresa y participará activamente en el diseño de los ensayos clínicos.
Tryp Therapeutics, con sede en California, está explorando el alivio del dolor utilizando psilocibina y otro fármaco patentado conocido como TRP-8803. Colabora con la Universidad de Michigan para estudiar los efectos de estas sustancias en la fibromialgia, una enfermedad compleja y poco estudiada que suele ir asociada al dolor generalizado.
Robin Carhart-Harris, destacada investigadora en psicodelia, ha pasado a formar parte del consejo asesor científico de la empresa y participará activamente en el diseño de los ensayos clínicos.
La Universidad de Yale también anunció este año un ensayo con psilocibina contra las cefaleas en racimo. En agosto, la empresa emergente Beckley Psytech, con sede en Oxford, recaudó 80 millones de dólares para la investigación con psicodélicos, parte de los cuales se destinarán a un ensayo clínico de fase 1b sobre la seguridad de dosis bajas de psilocibina en el tratamiento de un tipo poco frecuente de cefalea.
Sin embargo, estos estudios se encuentran en sus primeras fases y los resultados siguen siendo inciertos. Algunos expertos señalan que las pruebas existentes sobre la eficacia de los psicodélicos para aliviar el dolor son insuficientes y apuntan a la necesidad de actuar con cautela. Incluso si los psicodélicos pueden aliviar el dolor físico, puede que no sean la mejor opción frente a los remedios ya disponibles.
Vivianna Tofik, profesora adjunta de anestesiología en la Universidad de Stanford, explica que "el dolor es un término demasiado amplio que abarca muchas afecciones diferentes". Ella trata tipos poco frecuentes de dolor asociado a intervenciones quirúrgicas o traumatismos, como el dolor neuropático crónico.
"Los opioides tienen su nicho, pero puede haber un lugar para los psicodélicos en el futuro. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre su uso " - añade.
Sin embargo, estos estudios se encuentran en sus primeras fases y los resultados siguen siendo inciertos. Algunos expertos señalan que las pruebas existentes sobre la eficacia de los psicodélicos para aliviar el dolor son insuficientes y apuntan a la necesidad de actuar con cautela. Incluso si los psicodélicos pueden aliviar el dolor físico, puede que no sean la mejor opción frente a los remedios ya disponibles.
Vivianna Tofik, profesora adjunta de anestesiología en la Universidad de Stanford, explica que "el dolor es un término demasiado amplio que abarca muchas afecciones diferentes". Ella trata tipos poco frecuentes de dolor asociado a intervenciones quirúrgicas o traumatismos, como el dolor neuropático crónico.
"Los opioides tienen su nicho, pero puede haber un lugar para los psicodélicos en el futuro. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre su uso " - añade.
Tofik también subraya la importancia de vigilar los efectos secundarios de los psicodélicos. "Es necesario evaluar cuidadosamente la posibilidad de abuso y las posibles consecuencias psiquiátricas, especialmente en grupos vulnerables ", afirma.
Uno de los primeros estudios documentados sobre el uso de psicodélicos para el tratamiento del dolor es obra de Eric Kast, un médico de origen austriaco que huyó del régimen nazi en 1938 y se trasladó a Estados Unidos, donde más tarde se convirtió en anestesista del Hospital del Condado de Cook, en Chicago. Kast se interesó por los métodos de evaluación de las respuestas al dolor y en 1962 creó un sofisticado dispositivo, un "dispositivo mecánico de inducción del dolor" neumático que utilizaba presión de aire para permitir que un sujeto se aplicara en la pierna un "elemento inductor del dolor" (posiblemente una aguja ).
Uno de los primeros estudios documentados sobre el uso de psicodélicos para el tratamiento del dolor es obra de Eric Kast, un médico de origen austriaco que huyó del régimen nazi en 1938 y se trasladó a Estados Unidos, donde más tarde se convirtió en anestesista del Hospital del Condado de Cook, en Chicago. Kast se interesó por los métodos de evaluación de las respuestas al dolor y en 1962 creó un sofisticado dispositivo, un "dispositivo mecánico de inducción del dolor" neumático que utilizaba presión de aire para permitir que un sujeto se aplicara en la pierna un "elemento inductor del dolor" (posiblemente una aguja ).
En 1964, empezó a experimentar con LSD, examinando sus efectos en grupos de 50 pacientes con dolor crónico intenso causado por enfermedades como el cáncer y la gangrena. Primero se les administraron opiáceos sintéticos como hidromorfona (Dilaudid) y meperidina (Demerol) y después 100 microgramos de LSD, una dosis elevada para la mayoría de la gente. Kast llegó a la conclusión de que "en comparación con el LSD-25, estos dos fármacos eran menos eficaces en cuanto al alivio del dolor", pero apenas se investigó más sobre este tema.
Fadel Zeidan, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, cree que muchas investigaciones en este campo no se han hecho correctamente. Zeidan, que estudia la psilocibina para el dolor del miembro fantasma, aboga por un mayor nivel y rigor en la investigación científica.
En 2020, participó en una revisión que evaluaba las pruebas de la eficacia de los psicodélicos para reducir el dolor crónico y sugería un posible mecanismo de acción. La revisión muestra que los psicodélicos afectan a los receptores de serotonina, especialmente al tipo 5-HT2A, que está asociado con el desarrollo del dolor crónico.
"La serotonina también está implicada en la modulación descendente del dolor desde el cerebro hasta la médula espinal. Sin embargo, actualmente se dispone de muy pocos datos que apoyen la suposición de que el alivio del dolor con psicodélicos funciona a través de este mecanismo " - señala Tofik.
Uno de los pocos estudios aleatorizados a doble ciego sobre este tema se realizó el año pasado. Investigadores de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) estudiaron a 24 personas a las que se administró una solución de etanol con una dosis baja de LSD o un placebo. Los participantes introdujeron las manos en agua helada, y los que tomaron LSD mostraron resultados similares en la tolerancia al dolor que los participantes que tomaron opiáceos, lo que llevó a los autores del estudio a sugerir que "una dosis baja de LSD puede ser una nueva opción para la terapia farmacológica".
Los investigadores volvieron a sugerir que los receptores de serotonina desempeñan un papel clave en este efecto. El equipo que realizó este estudio sigue trabajando para investigar los efectos del LSD sobre el dolor con MindMed. El autor original del estudio, Johannes Ramaekers, está desarrollando un nuevo estudio sobre psicodélicos y fibromialgia.
Uno de los pocos estudios aleatorizados a doble ciego sobre este tema se realizó el año pasado. Investigadores de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) estudiaron a 24 personas a las que se administró una solución de etanol con una dosis baja de LSD o un placebo. Los participantes introdujeron las manos en agua helada, y los que tomaron LSD mostraron resultados similares en la tolerancia al dolor que los participantes que tomaron opiáceos, lo que llevó a los autores del estudio a sugerir que "una dosis baja de LSD puede ser una nueva opción para la terapia farmacológica".
Los investigadores volvieron a sugerir que los receptores de serotonina desempeñan un papel clave en este efecto. El equipo que realizó este estudio sigue trabajando para investigar los efectos del LSD sobre el dolor con MindMed. El autor original del estudio, Johannes Ramaekers, está desarrollando un nuevo estudio sobre psicodélicos y fibromialgia.
Sin embargo, Boris Heifitz, anestesista de la Universidad de Stanford, afirma que centrarse en la serotonina puede distraer la atención de un aspecto importante: "los psicodélicos también pueden mejorar el estado de ánimo, lo que no puede ignorarse dada la relación entre dolor y depresión". Subraya que la investigación médica debe tener en cuenta el contexto psicoterapéutico, que desempeña un papel clave en la eficacia de los psicodélicos en la salud mental.
Zeidan comparte esta opinión, afirmando que drogas como la psilocibina pueden ayudar a "tratar a la persona en su totalidad". Subraya que el dolor crónico a menudo se confunde con otras afecciones como la depresión y la ansiedad, creando un complejo "conjunto de problemas".
Si alguna vez se utilizan psicodélicos para tratar el dolor, no será algo inusual en medicina, donde los fármacos desarrollados originalmente para un fin se utilizan para otras prescripciones, como ya ha ocurrido con la gabapentina y la pregabalina, que se recetan para la neuralgia.
Zeidan comparte esta opinión, afirmando que drogas como la psilocibina pueden ayudar a "tratar a la persona en su totalidad". Subraya que el dolor crónico a menudo se confunde con otras afecciones como la depresión y la ansiedad, creando un complejo "conjunto de problemas".
Si alguna vez se utilizan psicodélicos para tratar el dolor, no será algo inusual en medicina, donde los fármacos desarrollados originalmente para un fin se utilizan para otras prescripciones, como ya ha ocurrido con la gabapentina y la pregabalina, que se recetan para la neuralgia.
A pesar de la falta de pruebas convincentes de la eficacia de los psicodélicos en el tratamiento del dolor físico, algunos pacientes como George utilizan activamente el LSD para tratar sus dolencias. Están dispuestos a correr el riesgo de infringir la ley porque ningún otro método les ha proporcionado un alivio significativo.
Con más investigación, puede que se aclare si estas sustancias, durante mucho tiempo tabú, pueden aliviar el sufrimiento físico o son meros placebos, y se investigarán los posibles efectos secundarios a largo plazo.
"Cada experiencia de dolor crónico es única. Muchos de mis pacientes aún están buscando tratamientos óptimos, por lo que es importante que hablemos de la relación riesgo-beneficio al usar estas sustancias" - señala Tofik.
Con más investigación, puede que se aclare si estas sustancias, durante mucho tiempo tabú, pueden aliviar el sufrimiento físico o son meros placebos, y se investigarán los posibles efectos secundarios a largo plazo.
"Cada experiencia de dolor crónico es única. Muchos de mis pacientes aún están buscando tratamientos óptimos, por lo que es importante que hablemos de la relación riesgo-beneficio al usar estas sustancias" - señala Tofik.